Un matrimonio sufre la mayor pérdida que se pueda soportar, la muerte de su hijo. Ella cae en una profunda depresión y él, que es terapeuta, decide asumir su tratamiento llevándola a una cabaña que posee en el bosque llamada Edén.
Me acerqué a esta película sobre todo por el título. No sabía a priori ni el director (dato que me hubiera dado una gran pista), ni los intérpretes, ni siquiera había visto el cartel.
La primera parte me dormí, literalmente. Tuve que ver la segunda parte otro día.
Lo siento, pero no me gustó. No me gustan las obras extremadamente sesudas o complicadas y ésta lo pretende.
Spoiler
El principio, pretendidamente impactante, muestra el accidente que provoca la muerte del bebé. Imágenes lentas, en blanco y negro y adornadas con música clásica. No me pareció apropiada la música, el ritmo tampoco era el "justo" y, no sé por qué, me pareció que intentaba transmitir hermosura en un hecho absolutamente terrible.
Después vemos a la mujer sumida en una atroz depresión, cosa totalmente entendible, pero el marido está tan fresco, como una lechuga. Incapaz de exponer su propia pena, se embarca en el trabajo de ejercer de terapeuta de su esposa. Error que no cometería ni un estudiante de primero de psicología.....
Después de un mes de internamiento y unos pocos día en su casa, deciden irse a una cabaña en el bosque llamada Edén.
El lugar es lo más alejado posible de La casa de la Pradera. Inhóspito, salvaje, agreste..... No era acogedor ni cómodo, así que tampoco hubiera sido una elección que hubiera tomado un terapeuta.
Ella se arroja constantemente sobre el cuerpo de su marido con deseos sexuales desaforados ( no es nada extraño, ante una muerte la psique busca algo que significa vida ). El marido sigue explorando en las entrañas de la mente de su mujer para acabar por descubrir la maldad que está en su naturaleza.
Esta película lo único que me ha despertado es aburrimiento, al principio, y absoluto rechazo en sus últimos 30 minutos. La masturbación sangrienta, la esclavización, la ablación. No me escandalizan las imágenes sexuales y violentas explícitas, pero cuando se pretende realizar una obra de arte lo menos que espero es belleza en el sexo y la violencia y aquí no la pude encontrar ... El descubrimiento de que ella vió como el niño se precipitaba al vacío (hecho que sospeché al principio, puesto que el director nos deja ver la posición del sofá donde la pareja hace el amor y que desde ahí se puede ver perfectamente la ventana donde ocurrió el accidente), las fotografías encontradas por el marido en la cabaña donde se ve a la madre en primer plano y bastante ida y al niño detrás, apartado (extrañísima foto familiar), la frase "una mujer que llora es una mujer que conspira"..... Al final, mujeres, muchas mujeres, sin cara.... ¿Somos todas igual de malignas?. Aunque sea difícil, trataré de olvidarla.