Un técnico trabaja en una estación lunar recogiendo material energético imprescindible
para la supervivencia humana. Está a punto de cumplirse su tercer y último año de contrato, por lo que ya está haciendo sus planes para su regreso y espera su relevo. Un accidente hace que su reemplazo se adelante, pero sorprendentemente este sucesor es calcadito a él.
He leído por ahí que esta película se podría convertir en un film de culto. No sé qué proceso es el necesario para que ésto suceda, pero lo dudo mucho. La interpretación de su protagonista es soberbia y la historia es sólida, pero de alguna manera previsible.
Recordé a Sam Neill en Horizonte final y a George Clooney en Solaris (curiosamente me estaba diciendo, mientras veía esta peli, sólo le falta enseñar el culo como al Clooney y voilá, parece que me leyeron el pensamiento :) ). También rememoré la sensación de desamparo y soledad de la teniente Ripley, pero no tan intensamente como con ella.
Mi conclusión es que es una buena película, interesante, pero excesivamente valorada, quizás debido a la sequía de buenas ideas y acopio de remakes, adaptaciones de viejas series, películas catastrofistas y segundas y terceras partes del actual panorama cinematográfico americano.
