viernes, 18 de septiembre de 2009

Obsesionada


Sharon y Derek son un matrimonio con un bebé y una vida casi perfecta. Él tiene éxito en su trabajo y ella piensa comenzar sus estudios en la universidad. Repentinamente aparece en la oficina una sustituta que se encapricha de él y todo cambia.

La obra me pareció un cóctel entre "Atracción fatal" y "La mano que mece la cuna", siempre salvando las abismales distancias de interpretación, guión y sorpresa que pudimos sentir al ver estas películas y que no consigue hacernos percibir ésta. Lo mejor, como siempre, la mala, pero todo dentro de la mediocridad que se respira en la película. Beyoncé la dejaría que cantara SIEMPRE. Por Dios, a ver si nos ahorra tener que verla "interpretar" algún personaje más, porque no se lo cree ni su madre.

Recomendada para un Domingo por la tarde aburrido, al igual que cualquier película televisiva de las que nos regala A3 ó Telecinco.

domingo, 6 de septiembre de 2009

El mundo de los perdidos


El doctor Rick Marshall investiga para crear un aparato que cree vórtices espacio-temporales.

Al ser humillado por la profesión se refugia en la enseñanza dentro de un instituto. Allí va a buscarle una profesora que cree en sus teorías y por una casualidad ellos dos, más un encargado de una atracción chabacana, atraviesan un vórtice apareciendo en un mundo lleno de criaturas extrañas.


Otra película absolutamente olvidable, desde los dinosaurios (burdas imitaciones de los de Jurassic Park), los extraterrestres (parodias de las series Star Trek años 70 y pelis de ciencia ficción de serie B) y terminando con el guión, absurdo donde los haya y los diálogos presuntamente chistosos y que te dejan boquiabierto por lo malos que son.

Qué pena de dólares gastados en efectos especiales y resto de producción.

No hay por donde cogerla.

Transformers 2. La venganza de los caídos


En "Transformers 2: La venganza de los Caídos" han pasado dos años desde que Sam Witwicky y los Autobots salvaran a la raza humana de la invasión de los Decepticons. Ahora se prepara para el mayor desafío de su vida: salir de casa y marcharse a la universidad. Pese a su extremado heroísmo, la batalla de Mission City se ha convertido en una leyenda urbana conocida solamente por algunos teóricos de la conspiración. Sam sigue siendo un adolescente normal con las preocupaciones cotidianas y la emoción de hacerse adulto, separándose de sus padres por primera vez y comprometiéndose a serle fiel a su novia Mikaela. Por supuesto, también tiene que intentar explicar su partida a su robot guardián, Bumblebee.


Esta sipnosis es un copia y pega. La primera película de la saga es entretenida y divertida, además de encontrar el elemento sorpresa por ver cómo cambian los coches en robots. Ésta segunda se ha convertido en una obra más de lo mismo, más aburrido, menos divertido y menos creíble. Las imágenes de acción resultan farragosas al no distinguir entre tanto metal quien es el bueno o el malo. El bombón de Mikaela qué hace con el niñato éste, no se lo cree ni él.

Ésta es aburrida y ya amenazan con la tercera.

Arrástrame al infierno


Una joven empleada de banca ve un importante ascenso cercano. Los únicos inconvenientes son un compañero trepa y su escasa capacidad de denegar créditos. Con este panorama aparece por la sucursal una gitana anciana y enferma que le ruega una prórroga para no perder su casa. Ella lo deniega y la gitana le echa una maldición.

La película cumple su papel a la perfección con respecto a los sustos, aunque también consigue otro efecto, que no sé si es el que persigue el director y es asquear. El argumento se parece bastante a una peli basada en la novela Thinner de Stephen King.

Recomendada a estómagos fuertes.

Slumdog Millionaire


Todo comienza con la versión del concurso "Quieres ser millonario" en la India. Un concursante empieza a acertar respuesta tras respuesta, mientras va recordando toda su desdichada vida.

Es una especie de Cenicienta a lo indio con toque Bollywood final. La película me gustó y me emocionó. El retrato de las miserias de los niños huérfanos en la India resulta creíble, aunque desgraciadamente la realidad supera la ficción.